Mujeres, hombres, violación y políticos garrulos

Según la antropóloga Margaret Mead, que estudió a varios pueblos
primitivos donde los hombres practicaban asiduamente la violación en grupo,
entre los indios americanos de las praderas “una mujer mala (aquellas que no
disfrutaban de la protección masculina o eran agresivas y pendencieras) era
caza legal para cualquier hombre. No se imponía ninguna disciplina o freno a
los jóvenes, quienes al igual que los miembros varones de muchas sociedades
puritanas, veían la violación de estas mujeres como una gran aventura… Bandas
de hombres se llevaban por la fuerza a una mujer y después de abusar de ella
brutalmente durante un largo tiempo, la abandonaban desnuda para que encontrara
un refugio y se las arreglara por si sola lo mejor que pudiera
”. Hoy en día
lo habrían grabado con un móvil y colgado en YouTube.
No
hacer auto-stop, no recoger a desconocidos, evitar circular, sobre todo de
noche, por lugares oscuros y poco transitados, si se vive sola tomar medidas (encender
las luces o poner varios nombres en el buzón
) tendentes a aparentar la
presencia de más de una persona en el domicilio. Estas son algunos de los
consejos para prevenir la violación que aparecen en la Web del Ministerio del
Interior y que han generado una agria polémica. Varias diputadas del PSOE se
mostraron indignadas ante el contenido de los mismos y acusaron al Departamento
que dirige Jorge
Fernández Díaz
de culpabilizar a la mujer, tratar de asustarla y eludir responsabilidades. No
estoy de acuerdo.
El
grueso de esas recomendaciones está dirigido a evitar, en la medida de lo posible,
uno de los principales factores que deciden si un delito se comete o no: la OPORTUNIDAD. Si analizamos algunas de las teorías criminológicas más relevantes
entenderemos la importancia que tiene la prevención.
El enfoque de las actividades rutinarias establece que para que pueda cometerse una infracción deben darse,
a la vez, tres circunstancias:
1.     Un
individuo con inclinaciones criminales y la habilidad necesaria para ponerlas
en práctica.
2.     Un
objetivo apropiado (posible victima o cosa).
3.     La
ausencia de guardianes (policía, ciudadanos, etc) capaces de prevenir la
infracción.
Con que falte uno de los
tres elementos la transgresión no tendrá lugar. Su principal propuesta en
política criminológica consiste en que reduciendo las oportunidades se previene
el delito.
El enfoque situacional afirma
que la situación concreta en la que alguien se encuentra (posibles
beneficios, las particularidades del lugar, el momento, la victima, etc
)
aunque no determina el delito si influye decisivamente a la hora de que el
delincuente decida llevarlo a cabo o no.
Las estadísticas demuestran
que son pocos los delitos que se planifican y que es la oportunidad lo que desempeña un papel determinante. Por tanto, desde el punto
de vista de la política criminológica, las campañas de prevención no solo son
adecuadas y convenientes sino necesarias. No obstante, no debemos olvidar que
en la lucha contra las infracciones de la Ley, además de las FUERZAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD DEL ESTADO, existen otros
actores que influyen y que deben tenerse en cuenta.
La SOCIEDAD.
La teoría del aprendizaje social afirma que en la delincuencia existen unas variables que incitan
al delito y otras que lo previenen. Que el comportamiento sea criminal o
respetuoso depende del equilibrio de la influencia de ambos tipos de variables
sobre el mismo. A diario estamos expuestos a definiciones tanto favorables como
desfavorables a la infracción o al respeto de la ley, sea en los grupos
primarios (familia, amigos) o a través de los medios de comunicación. El
primer delito se llevará a cabo cuando prevalezcan las definiciones favorables,
se quiera imitar comportamientos delictivos y los beneficios, reales o
esperados, superen a las desventajas. Después, las consecuencias del
comportamiento
 delictivo (beneficios o castigos) determinarán si el mismo se repite
o no y con qué frecuencia.
La FAMILIA.
Según la teoría del Autocontrol (self-control),
que cuenta con un respaldo empírico bastante sólido, las personas que,
probablemente, delinquirán más serán aquellas que tengan un autocontrol bajo
cuyo origen se encuentra en una inefectiva educación infantil en el seno
familiar. La correcta educación del niño debe cumplir los siguientes
requisitos:
–       El seguimiento de su conducta.
–       Reconocer el comportamiento desviado cuando éste se produce (por
ejemplo, no hacer los deberes o ver mucho la tele
).
–       El castigo de tal comportamiento.
Cuando la educación en la
familia ha sido insuficiente aún es posible que el niño aprenda autocontrol
mediante otras instituciones como la
escuela. El autocontrol
es una característica que se fija a una edad muy temprana (entre los 8 y los
10 años
) y se mantiene relativamente constante a partir de ese momento. El
delito tendrá lugar cuando concurran dos elementos: un sujeto con un autocontrol bajo y
una oportunidad para delinquir.
EL PODER JUDICIAL.
Para el enfoque del etiquetamiento no
todo el mundo ni todas las infracciones tienen las mismas posibilidades de ser
etiquetados como delincuentes o como delitos, aunque sean actos criminalizados primariamente (tipificados como delitos en una ley). Las instituciones de criminalización secundaria (policía y Tribunales) realizan una selección que se centra
en los hechos delictivos más fáciles de detectar y perseguir, y en los
individuos con menos posibilidades de protegerse, los más vulnerables. Por
tanto, la criminalización secundaria termina por construir un estereotipo de quien es el delincuente que termina por imponerse en la comunidad.
Para reflexionar sobre lo
anterior, basta recordar algunos veredictos como la tristemente denominada
sentencia de la minifalda (resolución de 1989 en la que se justificó una
agresión sexual por la indumentaria de la víctima
) o aquella, dictada en
ese mismo año y por la
misma AudienciaProvincial, que absolvía de un delito de violación a un hombre
de 20 años porque la víctima, de 16, no opuso resistencia física (algo que
siempre recomienda la policía ya que puede provocar que el daño físico sea aún
mayor
) a la relación sexual, sino tan sólo verbal.
 LOS POLÍTICOS.
De
las recomendaciones de Interior, la que ha generado más polémica ha sido “Evite
entrar en el ascensor cuando esté ocupado por un extraño,
especialmente en edificios de apartamentos. De cualquier modo, sitúese lo más
cerca posible del pulsador de alarma
”.
La violación es un
ultraje deliberado contra la integridad física y emocional de un ser humano, un
asalto violento, aterrador y degradante que daña gravemente el equilibrio
corporal y psicológico de la victima, dejándola profundamente traumatizada y, a
menudo, demasiado vulnerable para denunciar el crimen
”. Estas palabras del
prestigioso psiquiatra Luis Rojas Marcos, pertenecientes a su libro “Las
semillas de la violencia
”,  resumen la situación en la que queda una
mujer tras sufrir una agresión de este tipo a la vez que explican el motivo por
el cual la
mayoría de las violaciones no se denuncian
.
Y subrayo lo anterior
porque, delito aparte, lo que verdaderamente me preocupa de toda esta polémica
es que un representante político, elegido por hombres y mujeres, se permita
frivolizar, no en un entorno distendido y privado sino en el transcurso de una
entrevista seria, con algo tan grave como la violación afirmando que le da “cierto
reparo
” meterse en un ascensor con una mujer porque “a veces el fenómeno
puede ser al revés. Imagina que hay una chica con ganas de buscarte las
vueltas, se arranca el sujetador o la falda y sale gritando que le han
intentado agredir
”.
Lo preocupante es que no se
trata de la primera salida de tono de la que este “campechanote” servidor
público, como seguramente a él le gusta definirse, hace gala. Lo preocupante es que el partido
al que representa, lejos de condenar sus exabruptos, parece no tener duda sobre
su candidatura a la reelección y no le duelen prendas al definirlo como el mejor alcalde que ha tenido la ciudad en cien años.
Pero lo verdadera,
verdaderamente preocupante, es que siga habiendo gente que le vote. Deberían
hacérselo mirar sobre todo si pertenecen al sexo femenino.

 

Teresa Suárez Fernández
Colegiada nº 6895-07

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