El propósito de la empleabilidad
Durante el año hay dos momentos en los que nos planteamos y proponemos nuestros objetivos, propósitos y metas a conseguir. La primera ocasión es la más conocida, el comienzo del año con los mismos o similares propósitos que el año anterior: deporte, comida saludable, mejora de hábitos cotidianos, idiomas, viajar y dedicar más tiempo a la familia y/o amistades.
El segundo período en el que dedicamos a pensar los nuevos propósitos es el famoso momento de “Vuelta a la rutina” relacionada con la estación del fin del verano. Esta temporalidad de septiembre-octubre está ya interiorizada en nuestrq vida diaria y nuestras proyecciones. Es más, los diferentes ámbitos de la vida, no solo el educativo, están organizados incluyendo este periodo como es en el ámbito político, económico o social. Necesitamos, nos venden y compramos la “vuelta al cole” dedicada a la ciudadanía en etapa escolar, formación profesional o universitaria. Del mismo modo, volvemos a comprar parte de los propósitos del inicio del año: gimnasio, hábitos saludables, idiomas…
Estamos en octubre, esta segunda oportunidad del año para incluir nuestros propósitos. Aquí podéis encontrar una propuesta relacionada con la empleabilidad como un objetivo pendiente.
Si se lanza directamente esta campaña de “vuelta a la empleabilidad”, sin duda, no va a triunfar como cualquier otra campaña comercial. Igual que sucede con la “vuelta al cole” se encuentra que hay esta necesidad de mejorar nuestra empleabilidad (estés desempleado, ocupado, estudiando o por cualquier motivo no te encuentres activo laboralmente), pero no nos la venden y muchos menos queremos comprarla/consumirla (incluso aunque sea gratuita). No dedicamos para la mejora de la empleabilidad recursos personales como puede ser nuestro tiempo.
Suele suceder que en las situaciones de desempleo (no ocupado laboralmente, pero no parado) llega un momento que nos planteamos esto de la empleabilidad: dónde me encuentro yo en el mercado de trabajo y qué puedo hacer para mejorar. Esto de la empleabilidad no es sólo para las personas desempleadas, es para cualquier persona mayor de 16 años e independientemente de su relación con el mercado de trabajo.
Excepto personas en situación de discapacidad severa o que de forma voluntaria decidan no participar en el mercado de trabajo, la mayoría de las personas estamos de una manera u otra en el mercado de trabajo, por lo que debemos plantearnos y mejorar nuestra empleabilidad a través de estas cuatro áreas: autoconocimiento, conocimiento del mercado de trabajo, competencias digitales y la formación continua.
Del autoconocimiento a las competencias digitales
El primero de los aspectos a trabajar es el autoconocimiento, relacionado con el autocuidado que sí que nos proponemos como uno de nuestros objetivos anuales. Pero no debe ser un autocuidado meramente físico, muy importante, sino que es necesario avanzar a un autocuidado más psicosocial. Tenemos que conocernos a nosotros mismos, nuestras fortalezas y debilidades que nos diferencian del resto de personas y que debemos aprovechar y mejorar.
Del mismo modo tenemos que conocer y ser conscientes de las oportunidades y amenazas de nuestro entorno, que aunque no podamos intervenir directamente sobre ellas, como en el resto de características más personales, sí que hay controlar su impacto. Probad en preguntar a vuestros familiares y amigos o qué responderías a la pregunta en qué te diferencias del resto de personas con un perfil profesional similar al tuyo.
Para un buen autoconocimiento ayuda también el propio conocimiento del mercado de trabajo. No estás solo buscando trabajo o trabajando, formas parte de una comunidad que debes conocer como las empresas de tu municipio o comarca, los perfiles profesionales demandados, el tipo de contratos que realizan, los recursos existentes para el apoyo en la búsqueda o mejora de empleo. Cuanta mayor sea la información y conocimiento más posibilidades tienes de un crecimiento a nivel profesional, pero no nos quedamos en el discurso de barra de bar “no hay trabajo”, “la cosa está muy mal”, “si no tienes enchufe”. Todos llevamos una mochila a nuestras espaldas, pero eres tú el que debes elegir dónde te quieres ubicar en el mercado de trabajo.
Para la participación y juego en el mercado de trabajo son imprescindibles las competencias digitales. Ya no sólo para el mercado de trabajo, sino para la vida diaria, para cualquier trámite incluso a nivel más personal. Manejo de correo electrónico, internet, ofimática, portales y Apps de empleo, conocimiento de los diferentes recursos digitales para la mejora y búsqueda de empleo. Por supuesto, tener la capacidad y autonomía de elaborar tu currículum vitae, es tu presentación en el mercado de trabajo si no tienes una buena presentación o directamente no dispones de CV te encuentras muy alejado del mercado de trabajo y reduciendo tu nivel de empleabilidad.
El último elemento a tener en cuenta para la mejora de la empleabilidad es la formación continua, independientemente de tu posición en el mercado de trabajo, si no cuentas con formación actualizada claramente te distancias de tu objetivo profesional. Existe la posibilidad de formación presencial u online (para lo que se necesitan competencias digitales), formación gratuita o con coste, formación genérica o sectorial. Puedes elegir tu formación, solo necesitas dedicar una parte de tu tiempo para ser más competitivo y empleable en el mercado de trabajo actual.
Sin duda, no nos venden el propósito del trabajo de la empleabilidad para incluirlo entre nuestros planes y objetivos. Tal vez no interese o no resulte económicamente tan beneficioso como el pago de una cuota mensual de gimnasio, pero es nuestra empleabilidad las que nos va a permitir pagar esa cuota de gimnasio, realizar un viaje o estar más tiempo con nuestra familia. No se trata únicamente de propósitos, son prioridades para una mejor calidad de vida.